domingo, abril 20, 2008

Cuento extraplanetario


Erase una vez una edirita que vivia en un hojkill de color turfino, los funchiis por la mañana salía a recoger gunvahis con su querido terilfo, y así pasaban el día entre gumbofos y traguibas. Un día mientras trataba de gormellar un gunvahi dentro de su ronder, se le acercó un avieso mopolo, el cual, como suelen hacer siempre los mopolos, le propuso deguinar sus leninias a cambio de unos pocos funtres. La edirita ya fue advertida tiempo atrás por sus hojores, quienes le había regalado un butruje en previsión de aquel momento. Así que ni corta ni perezosa, conectó el dasfo del abranque y puso en marcha el butruje, el cual comenzó a emitir begurdas desaporinadas haciendo que el malvado mopolo huyese despavorido soltando funtias y topertas, y prometiendo no volver a asomar sus gunandas por el ferdo de Tungala. Y fukini-fukano este cuento se ha acabado.


Moraleja: Nunca menosprecies a una edirita con un butruje en la garnanda.

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