Al principio tardó en acostumbrarse a las voces que le hablaban dentro de su cabeza. Después se convirtió en algo normal, le acompañaban día a día y llegó a hablar con ellas y cogerles cariño. Hoy tiene cinco voces habitando su cabeza, un señor mayor, una amable señorita, dos niños gemelos y un ex-comandante sudanés; la camisa de fuerza es accesoria.
muy bueno, como todo lo leído.
ResponderEliminarun abrazo desde Nerja
Angel