Fui rodeado por cánticos de gaita. Las colinas y los ríos presagiaron mi llegada. Aire fresco de montaña bajo un sol acariciado por la bruma recordaron vidas de otros tiempos. Ahora solos, el lago y yo, compartimos una letanía infinita en la que solo nosotros podemos participar.
Fotografía: Fernando Piquer
No hay comentarios:
Publicar un comentario