viernes, julio 25, 2008

Ilusión óptima


La joven no pudo soportar por más tiempo aquella fija mirada. Armándose de valor se acercó al caballero que la acechaba desde la otra acera, carraspeó y le inquirió: - ¿Por qué no deja de mirarme?, ¿Acaso le parezco atractiva?...


No señorita-contestó amablemente el hombre- simplemente me recuerda usted a alguien que conocí hace tiempo, antes de quedarme ciego.


La chica se dió la vuelta ofendida y se marchó sin más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario