Una maleta de indecisiones y un petate de ideas en ebullición. Sonrisa nerviosa de quién no conoce lo que le espera a la vuelta de la esquina. Una ilusión de tamaño indefinido que sin la acción del frío ni el calor, crece y se encoge a partes iguales y desiguales, sin remedio ni perdón, sin ton ni són, sin parangón.
Esperad un poco, que ya casi estoy...
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