jueves, abril 30, 2009

De sol y de hombres


Duele cuando el mundo se oscurece de repente y nos cuesta ver más allá de nuestras propias almas, de la cortina de lágrimas que nubla nuestros ojos, de nuestro aliento. Pero para fortuna nuestra, cuando vuelve el sol, lo hace con más fuerza, con más brillo, queriendo recuperar el tiempo perdido en ese eclipse inoportuno. Lo bueno es que luego estornudas y se te pasa.

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