Realidad alternativa

Voy a tratar de contarlo tal y como ocurrió. El encargado del restaurante recogió del suelo el plato volcado por el camarero, mirando de reojo a la señora del traje oscuro que no paraba de refunfuñar. Entonces, con una veloz maniobra, el tipo lanzó una patada giratoria a la cabeza de la interfecta, haciéndole saltar por encima de las mesas y aterrizando sobre un carro repleto de pasteles. La señora se calló para siempre. Bueno, al final no pude.