martes, febrero 16, 2010

Cualquier tarde

Vi como asomaba la nariz tras la esquina, vi como se acercaba mirando para otro lado, como si no viniese hacia mí, noté como se sentaba a hurtadillas a mi lado con una sonrisa entre sarcástica y tímida. No pude por más que saludarle muy a mi pesar y mirándole cara a cara decirle: -"Hola, aburrimiento"

3 comentarios:

  1. Ese desgraciado siempre está cerca, aparece cuando le place y a veces llega acompañado por su más fiel amiga, la tristeza.
    Buen texto.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  2. Un comentario que lo complementa de forma sublime.
    Gracias, mariarosa.

    ResponderEliminar
  3. El aburrimiento puede tener momentos sublimes, o casi.
    Salut

    ResponderEliminar