lunes, junio 07, 2010

Nohuida

Una maraña de densa oscuridad atenazaba sus sentidos mientras corría hacia la luz. Los ruidos de la noche hacían estremecer sus huesos y sus carnes, erizarse como escarpias los vellos de su espalda y tiritar de emociones desconocidas todo su cuerpo. El joven yo, atravesó la tenue neblina tratando de dejar atrás sus miedos, respiró pensando que todo había pasado, y trató de mirar alrededor mientras recuperaba el aliento, pero al tomar de nuevo el control de su mente, observó como un grupo de nuevos miedos le miraban con curiosidad.

2 comentarios:

  1. si,
    es el cuento de nunca acabar..


    muxu

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  2. Un laberitnto que se muerde la cola. A lo mejor los nuevos miedos se asusten de no dar miedo.
    Buen micro.
    Salut

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