jueves, julio 08, 2010

El descanso del guerrero


Dejó caer su pesado escudo sobre la mesa y depositó su espada con delicadeza junto al calor del hogar. Con ambas manos sujetó su yelmo y lo alzó, dejando al descubierto un rostro poblado de cicatrices. Su esposo le abrazó y besó, acariciando sus cansados brazos con dedos temblorosos. Una piel de oso y un cuerno de vino caliente hicieron el resto.


(Me tomo unas semanas de vacaciones, en las que estaré alejado del ordenador y más cerca de la inspiración y motivación de otras actividades, personas y lugares. Prometo volver)

4 comentarios:

  1. Prometo esperar tus micros.
    Salut y buenas vacaciones

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  2. Buen viaje, y esperaremos con ansías las próximas microficciones nuevamente inspiradas.

    Un abrazo.

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  3. Con ésta vikinga siempre estás protegido. Muy bueno.

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