lunes, septiembre 20, 2010
Plan perfecto
Se armó de valor y agarrando con fuerza la manilla, abrió la puerta con decisión. Cruzó el desierto pasillo y giró a la izquierda. Se dirigió a la puerta del fondo, la cual se mostro franca a su paso, y enfiló la salida a través del inmenso patio. Las luces a su alrededor pululaban buscándole, pero no coincidieron con su sombra en ningún momento. Salvó la última cancela y pisó la calle con calma, respiró y se alegró de que salir de la cárcel hubiese sido tan sencillo.
Es lo que tiene ser el alcaide
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El problema para el alcaide no era salir de la cárcel sino que le dejaran entrar.
ResponderEliminarSalut