No estaba seguro de que aquello fuese un platillo volante, y pese a que el robot gigante estaba destrozando el edificio de enfrente, opté por acabar primero con los cuatro alienígenas que me rodeaban arrojándoles los posos del café. Esto empieza a ser insoportable, es la quinta vez que tratan de invadirnos este mes...
jjajajja menuda aparente normalidad, venga invasiones, venga invasiones... jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Jeje, seguro que los posos del cafè son un incentivo para que nos invadan, sobretodo por la mañana.
ResponderEliminarSalut