Caminando sobre el arco iris a paso firme, me adentré en la última nube de la tormenta. Una figura apareció ante mi, flotando sobre el vaporoso velo nebuloso, con el ceño entrefruncido y el gesto alicargado.
-¿Quién eres? - pregunté.
-Soy tú - respondió.
-¿Cómo puedes ser yo, si yo sé que yo soy yo?
-Sí, pero aún así, yo podría ser tú y tú podrías ser yo, aunque no supieras que tú eres tú, ni yo tuviera conciencia de que yo soy yo y soy tú a la vez.
A veces llega un momento en el que es mejor terminar la conversación, dar media vuelta y descender el arco iris silbando una desenfadada tonadilla.
Tambiés es mi peor duda, ser o no ser yo.
ResponderEliminarSalut