jueves, septiembre 15, 2011

Charlas con el diablo V

Pidió un café solo y se sentó en la terraza tratando de aprovechar los últimos coletazos del verano.

Él se acercó con su aire misterioso de sulfúrica presencia y se sentó a su lado mirándole distraidamente

-Hola - dijo amable y falsamente- te he estado observando y he decidido que después de ver tu vida de fracasos, anhelos y deseos insatisfechos, mereces algo mejor. Como sabrás, soy en cierto modo todopoderoso, aunque algunos se empeñen en afirmar lo contrario, y puedo concederte cualquier deseo que pidas. Soy el príncipe de las tinieblas, el ángel caído, el innombrable, el anticristo, el rey de los infiernos, la serpiente del paraíso, la perdición hecha carne, el que sabe más por viejo que por diablo, soy Satanás. En este día, te concedo la inmortalidad, la deidad, la invulnerabilidad, el poder, todo lo que puedas soñar y un poco más si cabe. Piénsalo bien, porque solo tendrás una oportunidad, puedes pedirme el éxito y la fama, riquezas y tesoros, lo que más ansíes, y todo por un precio que hoy por hoy no significa nada...

-Lo siento, tío, pero no suelo agregar desconocidos a mi Facebook...

1 comentario:

  1. Es curioso, yo escribí un texto en el que a cambio de inventar pecados, el diablo le agregaba a su FB.
    Si es que el demonio tiene mucha literatura.
    Salut

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