lunes, noviembre 07, 2011

Delicias

Mi barrio es moderno y castizo a la vez. El ajetreo es contínuo y los autobuses no dejan que decaiga el ir y venir de personas, animales y cosas. Una señora de mediana edad con un abrigo de piel y cuero, pasea delante de mí a su perrito Yorkshire, que viste un impermeable rosa. Unos metros más adelante, un anciano sentado sobre cartones, frota con sus manos sus fríos pies para tratar de entrar en calor hasta conseguir reunir el euro con quince que cuesta un cartón de vino con el que entrar en calor de verdad. Al pasar a su altura, el perrito ha hecho además de olfatear los pies del mendigo, que ha sonreido al can y ha intentado decirle algo. La señora ha tirado de la pequeña correíta sin mirar siquiera. El mendigo ha mirado fijamente a la señora, luego al perro y, al pasar a su altura, me ha mirado y ha exclamado: "ni que me lo fuera a comer". Le habría dado dos euros, pero no llevaba suelto...

1 comentario:

  1. Dicen que en China se comen a los perros. La señora debia ser muy viajada, no tanto el mendigo.
    Salut

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