jueves, diciembre 29, 2011
Cenizas
Todo lo que encontré al regresar fueron cenizas. Madera quemada y rescoldos humeantes de lo que hace dos días era un hogar, mi hogar. Quién, cómo y cuándo no lo sabía, pero quería saberlo. Solo aplacó mi desconcierto el consuelo de saber que probablemente había salvado mi vida gracias al bosque. La traición fue protección, mi cárcel no era más que un abrazo, mi decepción se tornó en agradecimiento. Le debía mi vida al bosque.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca se ha de dar nada por seguro, pues ya dicen que quien bien te quiere te hará llorar.
ResponderEliminarCuriosa me ha resultado esta historia del bosque.
Salut y que el 2012 crezcan nuevos bosques.