miércoles, marzo 30, 2011

Una tarde...


La tarde era gris y húmeda. Llegaba a casa a una hora inusual por problemas de última hora en el trabajo, y el viaje en metro había sido agotador por lo tumultuoso de los andenes. Por fin, tras sobrepasar la panadería, vislumbré el portal, tan acogedor como de costumbre y siempre en su sitio. Abrí la gran puerta de hierro fundido y en el descansillo varios vecinos departían relajadamente.

-"Buenas tardes" - saludé cortésmente.
-"Hola" - me respondieron casi al unísono una señora mayor y el portero de la finca.
-"Menuda tarde hace..."- apostillé tratando de ser amable y cordial.
-"Sí" - contestó la señora, y continuó: "como dice el refrán: ni llueve ni escampa"

No respondí, sin embargo pasé la noche en blanco tratando de encontrar sentido a tan magnífica sentencia...