jueves, enero 12, 2012

Seis meses

Pasaron seis meses, me hice más alto y más fuerte, aunque no tanto como mi hermano, que me sacaba un palmo y podía lanzar una piedra del tamaño de un puño al doble de distancia que yo. Era más rápido y más ágil también, pero aprendió a respetarme y cuidarme y por eso le consideré mi hermano. Aprendió que yo pertenecía al bosque y conocía al río. Aprendió que ellos también me protegían y me hablaban. Siempre se sintió feliz de pertenecer a tan ilustre grupo.

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