miércoles, abril 11, 2012

Tenue mundo

El hilo se hacía más largo y más fino perdiéndose en la distancia. Una extraña niebla diluía las formas y las antaño familiares facciones. La necesidad que acuciaba a momentos, a momentos se dormía. El vacío campaba a sus anchas y la sed se hacía intensa. Beber sus lágrimas no le saciaba. Mantuvo silencio y siguió la senda gris del monótono vivir. Un día la vida le pidió rendir cuentas; el hilo estaba roto y la magia encerrada en una celda de indecisiones. Admitió su derrota y pensó que tal vez aquel no era el camino. Miró a un cielo y al otro, y comprendió.

1 comentario:

  1. El laberinto siempre lleva al mismo sitio, no hay mucha variación a pesar de la engañosa complicación de los dias.
    Salut

    ResponderEliminar