martes, julio 03, 2012

Rabia astral


A los astros, trozos de piedra, lava y polvo que los poetas ensalzaron sin control ni medida, a la luna, que encandiló con su horrenda apariencia de satélite inerte a los que quisieron ver en ella algo que no existe. Al sol que arde y amenaza a todo cuanto vive, al mar que ahoga a los que viven a su lado y al mundo, que machaca cuanto puede y seguimos adorando. A todos, inmerecidamente admirados y falsamente cantados, os descubro, os desvelo, quito la máscara de luz que nunca debísteis tener. Cegáis al hombre y ocultáis vuestra miseria de insignificantes trozos de materia inerte tras palabras de poetas de otros tiempos y de aspirantes al trono de la oda. Para mí no sois más que mentiras inventadas por el hombre para ocultar su decepción ante el universo y su vacío.
Y diciendo esto, el astrónomo golpeó su telescopio contra el suelo y rompió a llorar, sobre la mesa, un poema a medias que nunca pudo terminar...