sábado, abril 04, 2015

Funeralmente


Aquella tos no habría inquietado a nadie, habría pasado por el ruido de fondo de todo funeral, acompañando a la orquesta de sollozos y lamentos. Era una tos seca e inoportuna, el producto de emociones contenidas y de lágrimas bebidas. Nada fuera de lo común; si no fuera porque, como advirtió el párroco, aquella tos provenía del interior del féretro.

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