viernes, julio 24, 2015

Pena

Le vi la cara a la pena. Cruzaba la calle ella con la sonrisa tapada. Pena, le dije yo, ¿Por qué te tapas la cara, si tienes cara de pena? Pero cuando se volvió y se desprendió del velo, su cara no era de pena, era de risa serena. Cuando tu sufres, me dijo, me das la vida con ello, me alimento del sollozo y de los malos momentos, cuanto más sufras por algo, más feliz seré de pleno. Ay, pena, penita, pena, cuanto mal haces a todos, pero ella respondió: no soy yo, que sois vosotros...

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