domingo, septiembre 20, 2015

Caballero 2.0

Esta mañana he matado un dragón. Bajaba medio dormido al metro camino del curro, porque pasé mala noche y un desayuno rápido no consiguió desperezarme del todo. Era un dragón viejo, de los de escamas oxidadas y aliento pútrido. Esos son los más peligrosos, porque son listos como el demonio y su piel es dura cual acero normando. Estaba escupiendo fuego y palabras malsonantes que atentaban contra la honra y el decoro de los allí presentes. Yo no llevaba encima la lanza dragonera, por lo que hube de improvisar y apañarme con la espada de paseo. En principio la gente se alarmó un poco, ya que no es habitual encontrárselos en el metro en hora punta, pero finalmente se mostraron bastante colaboradores y acabaron aplaudiendo mi hazaña. Al final me tocó posar para un par de selfies y firmar unos pocos autógrafos. Mañana me voy en bus.

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