- Maestro, ¿Qué les diremos?
- Les diremos que les creó un dios todopoderoso a su imagen
y semejanza, junto a la naturaleza que les rodea y al propio planeta.
- Sí, pero eso no les servirá siempre, sobre todo para aquellos cuya mente
alcance un nivel más analítico y quieran encontrar otra interpretación a su
origen.
- Pensarán que han evolucionado a partir de los seres que
ya existían en el planeta, encontrarán fósiles y huellas que les harán generar esa creencia, convirtiéndola en ciencia.
- ¿Y si llegan a analizar su genoma y descubren que han sido
manipulados y no pertenecen a este mundo?
- Ya será tarde, estarán tan cegados y tan inmersos en la
sociedad que han creado, que no tendrán tiempo ni ganas para aceptar que ellos
son los primeros que no pueden considerarse como habitantes de pleno derecho.
Estarán ocupados en sus pequeñas ambiciones, en sus placeres y sus deberes,
buscarán cualquier justificación para no aceptarlo.
- Entonces, maestro, ¿lo dejamos así?
- Sí, hijo mío, siempre lo hemos hecho así y siempre ha funcionado.
Y diciendo esto, recogieron sus últimas pertenencias y
embarcaron rumbo al siguiente planeta a colonizar.
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