Alto y clero

En piedra labrada dejaron sus leyes. 

Con hierro forjaron las normas cual rejas que encierran oscuros secretos. 

Aunaron los miedos ocultos plasmando una historia que los disfrazase de negros pecados y actos impuros.

Quemaron los textos, los que proponían abrir las ventanas y mirar los mundos más allá del cielo.

Alzaron columnas y frisos, cúpulas y velos pintados de estrellas, y ángeles negros con grandes trompetas anunciando muerte y caída al infierno. 

Lo hicieron: ataron a muchos en grandes hogueras, los que se asomaban al muro de miedos que tanto temían aquellos primeros, eran condenados al vagar eterno por riscos ardientes y valles de fuego; el bendito infierno. 

Me salto sus leyes, me asomo al abismo al primer atisbo de contradicción, me tiro al vacío, me enfrento a sus miedos y les miro al ojo que juntos urdieron. 

Manga de cobardes, miedos de ignorancia, secretos que buscan controlar las masas.