martes, enero 17, 2017

Tarasquivia



Debería pegarme una ducha y salir al espacio a buscar ratones. Tal vez la ensalada de ánimas y velas servida sin templar y devorada sin remordimientos me haya hecho concebir un nuevo horizonte donde solo habitan la desidia y el infortunio, no lo sé. He recogido la cosecha azul de soslayo sin saber muy bien a dónde me dirigirían mis caducos pasos, imaginándome una vez más rodeado de pastos y verdes limas en un océano de impávidos alcotanes cuyos ojos muertos reflejaban la alegría de un pasado adusto. He temblado y he rimado mil palabras malsonantes en una cadena infinita de asonancias y derivas inventadas en idiomas que no existen. Me he muerto y enterrado; he resucitado al rato y me he vuelto a morir. Un minuto, una hora, un día o tres. Esperando estoy aún a que vuelva el Internet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario