Desde pequeño le dijeron que bajo aquel montón de piedras
yacía su madre, pero que su espíritu vagaba por el mundo acompañando a las
bandadas de aves. Su tribu era errante y huía del invierno desplazándose a
tierras más cálidas. Siempre supo que cruzar el paso de invierno era peligroso,
hasta que aquella última vez les alcanzó la ira del hielo en plena travesía.
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