Aquel truhan siempre pateaba a su perro. Trataba con la
misma crueldad a mujeres y a hombres, a niños y a animales. Un mal día se le fue
la mano y la policía le atrapó. Desde entonces se pudre en una oscura y húmeda
mazmorra. ¿Que si me alegro? Aquel perro al que pateaba era yo…
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