- Pero Maestro... Tomarán conciencia de sí mismos, y al ser seres pensantes, querrán huir, escapar de nuestro yugo.
- Lo impediremos, lograremos que nunca sean felices.
- ¿Cómo? , son prácticamente iguales a nosotros, un alarde de capacidades e inteligencia.
- Haremos que tengan sentimientos, y así estarán tan ocupados en dilemas morales, autojustificaciones, empatía y amor, que nunca podrán escapar.
- A veces es usted tan perverso...
- Lo sé.
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