viernes, abril 13, 2012

Naufradagio

Sujeto como puedo, a un tronco a la deriva, siento que mi alma se hunde en el fondo de la vida, y justo en ese momento en que mi aliento se apaga, un golpe de mar me eleva a la superficie clara, y en la cresta de la ola, respiro a fondo y sonrío, y siento mi alma viva, un segundo todavía, pues devorando ese aire, la mar me vuelve a engullir. Ahora floto a la deriva, subo y bajo sin destino, los pulmones que me estallan y el corazón malherido. Cuando creo ver la orilla, una corriente me arrastra, devolviéndome a lo incierto de una marea encrespada, jugando con mi indolencia, matándome a bocanadas, y solo pido a la vida, que me deje en buena playa.

miércoles, abril 11, 2012

Tenue mundo

El hilo se hacía más largo y más fino perdiéndose en la distancia. Una extraña niebla diluía las formas y las antaño familiares facciones. La necesidad que acuciaba a momentos, a momentos se dormía. El vacío campaba a sus anchas y la sed se hacía intensa. Beber sus lágrimas no le saciaba. Mantuvo silencio y siguió la senda gris del monótono vivir. Un día la vida le pidió rendir cuentas; el hilo estaba roto y la magia encerrada en una celda de indecisiones. Admitió su derrota y pensó que tal vez aquel no era el camino. Miró a un cielo y al otro, y comprendió.

sábado, abril 07, 2012

Todos contentos

La crisis hacía estragos, los banqueros y los dirigentes más ruines habían minado los mercados y la sociedad. Las empresas quebraban, los negocios cerraban, las familias lloraban. Los primeros en marchar fueron los jóvenes, quienes ahora convertidos en emigrantes conquistaban el mundo a golpe de pala y sudor. Los alcaldes se subieron el sueldo.

Luego fueron los padres de familia y las madres coraje, llenaban los barcos y aviones de esperanzas, poniendo rumbo al horizonte mientras atrás los buitres escarbaban entre la carroña: casas embargadas, pisos desahuciados, solares vacíos, fábricas muertas, todo para ellos. Los banqueros se estrecharon las manos.

En poco tiempo, las familias también se marcharon hacia tierra extraña, el país quedaba vacío, las calles desiertas, los pueblos fantasma. Solo quedaron políticos y especuladores, mordiéndose entre ellos como hienas rabiosas, encaramados a sus botines, viendo como su nave naufragaba y aun así, llenando sus bolsillos de oro, acelerando la zozobra.

Todos contentos.

martes, abril 03, 2012

Recado lunar

Espero, Luna, haber estado a tu altura. Espero que el pacto aquel día forjado y que ahora cede ante tu mirada, no esté nublando el horizonte al que caminas cada noche. Espero, Luna, que un día alcances al sol, y que tu dulce brillo nocturno no palidezca jamás ante el desánimo del alba.

Luna, sigue tu rumbo sin pensar en el poeta que amó y pereció, el que perdió y se apagó. Solo espero que entre las estrellas algún día oigas mi canto, el del poeta insomne y taciturno, el que camina por los tejados sin apenas tocarlos, el que compone cien versos y ninguno te ofrece, el que jamás estuvo en el momento adecuado, el poeta loco de futuro incierto; y que al menos la sonrisa quiera venir a tu cara.

Luna, díselo.

lunes, abril 02, 2012

Desierto corazón

Oh, gran maestro, tú que has vivido mil vidas y viajado por mil tierras; tú que has hollado desiertos y valles y has morado en la ciudad de los inmortales, respóndeme a esta pregunta que me asfixia y me perturba hasta no dejarme dormir por las noches ni disfrutar de los días: En el amor, ¿quién es más fuerte, el corazón o el cerebro?

Hijo mío, ni he vivido mil vidas ni he viajado por mil tierras, no he hollado más desiertos que cualquier viajante, ni conocido a más inmortales que al viento y a la montaña. Aún así, he vivido muchos años y he conocido a los hombres, y te diré que en el amor, cuando vence el corazón, el que pierde es el cerebro, pero cuando vence el cerebro, son ambos los que salen perdiendo.

Y diciendo esto, el viejo beduino volvió a su tienda. Dicen que aquella noche volvieron a oír sus lamentos rasgando la quietud de la luna en el desierto.