jueves, mayo 22, 2008

Tatuaje


Sabed que aquel hombre vino en un barco de nombre extranjero y fué encontrado en el puerto un anochecer, justo cuando el faro dejaba caer su luz de plata sobre los veleros.Era hermoso y rubio como la cerveza, y llevaba tatuado en su pecho un corazón. Su voz era amarga, con la tristeza doliente de un bandoneón.
Bastaron dos copas de aguardiente sobre el mostrador, para que contase entre dientes la vieja historia de su amor.El hombre mostraba su brazo tatuado con un nombre de mujer, era el recuerdo de un pasado que nunca más volvería.Ella le quiso y le olvidó,en cambio él, no la olvidó jamás y quedó para siempre marcado con ese nombre de mujer.O al menos eso pensaba él.
El marinero se fue una tarde, sin rumbo fijo, en el mismo barco en que la conoció, pero entre sus labios se dejó olvidado el beso de amante que la envenenó. Ella lo busca por todos los puertos, pregunta por él a los marineros, y nadie le dice si está vivo o muerto y sigue en su duda buscándolo, fiel. Ella deambula de mostrador en mostrador, y ante una copa de aguardiente ahoga su dolor. Mira su nombre tatuado en su piel, a fuego lento lo ha marcado y para siempre irá con él. Piensa que él, ya la ha olvidado, en cambio ella no lo olvidó, y hasta que no le haya encontrado lo buscará sin descanso. Lo curioso de esta historia es que cuando la oyes de boca de cualquier folklórica, impresiona mucho más...

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