sábado, agosto 09, 2008

La jugada


El delantero robó el balón a la altura del círculo central en un alarde de picardía y don de la oportunidad. Era la última ocasión para intentar remontar el partido, que había sido un intercambio de despropósitos y que tan solo había sido adornado con un gol del equipo rival en el minuto doce.

En las inmediaciones del área, dos defensas formaban una barrera infranqueable, pero no era momento de titubeos, un regate, un semigiro, una finta, y el balón adelantado un par de pasos, lo suficiente para, anticipándose a la reacción de ambos rivales, recuperar el esférico y proseguir el acercamiento a la portería contraria.

Un último defensa, tal vez el más robusto y amenazador del equipo, obstaculizaba el acceso al gol. El delantero frenó su carrera en seco, pisó el balón y fintó dos veces a derecha e izquierda, haciendo que el defensor titubease por una décima de segundo, tiempo suficiente para intentar y conseguir un caño de quitarse el sombrero, afrontar al guardameta y golpear el balón con precisión magistral para que entrase a portería suavemente y ganar el encuentro en el último segundo.

Mientras visualizaba en su mente todo esto, el árbitro pitó el final del encuentro...

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