miércoles, septiembre 10, 2008

El día en que llovieron hadrones


Nueve de la mañana. Arranco mi coche para dirigirme al trabajo. La radio avisa de que el colisionador de hadrones se enciende hoy, los agoreros se frotan las manos. Una repentina tormenta lo hace temblar todo. Esquivo improvisados géiseres en mi camino a la oficina, un relámpago pinta el cielo de ceguera improvisada, suena mi móvil. El mundo se acaba y mi amor me reclama. Vuelvo a casa en un coche que flota sobre la corriente. Abrazo a mi amada y cesa la lluvia. ¿Y tú qué miras, Bruce Willis?

Basado en hechos casi reales (¡Gracias Haidam!)

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