Y mientras Eva se acercaba al árbol prohibido, la serpiente apareció entre la maleza y se dirigió a ella:
-"¿Así que Dios os ha dicho que no comáis de este árbol?"
La mujer exclamó atónita: -"¡Coño, una serpiente que habla!", inventando el taco y la perplejidad justo antes de joder por siempre a toda la humanidad.
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