martes, marzo 03, 2009

Garabatos


Un pastelillo de escuálidas patas me saluda alegremente, luego se gira y charla con un caracol monoantenado que parece distraído. Se inclina la pirámide multinvertida sacando brazos de su cima y sorprende al hombre medusa de cabellos de lombriz y a la alcachofa humanoide que no sonríe porque no puede. El gordo platillejo trata de huir de la escena, pero la sierpe de cuatro patas no le presta atención más que a un veloz rayo que entrena para la maratón del domingo. Una masa verdosa le aclama sin saber ni por qué. Un ratón acorazado de rota armadura empuja al perro pinchudo que saca sus garras tratando de saltar el muro, donde una sardina congelada huye como puede de un trozo de queso humeante que no consigue frenar a tiempo en las curvas. Cuando aparece el gigantesco coloso de cola lánguida, el payaso estelar ya no tiene ganas de fiesta. Los que llegan tarde no se quieren volver tan pronto, y miran como el caracol roedor y las gotas de agua siamesas salpican al hombre-acordeón.

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