Siempre me fascinaron las golondrinas. No sé si por sus peculiares nidos, su forma de volar estilizada, su leyenda bíblica o porque solo aparecían durante unos meses al año. Ahora ya no me fascinan tanto, no se si porque sus nidos son toscos, porque su volar es errático o porque dejé de leer la biblia...tal vez simplemente sea porque anidan sobre mi ventana.
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