miércoles, septiembre 23, 2015

El bigote

Hoy me he dejado bigote. Me he dejado bigote para que la gente me hable de usted y los ujieres abran las puertas a mi paso. Para que los zagales tomen ejemplo y las ancianas rememoren a sus primeros amores. Me lo he dejado para que las jovencitas con gafas de pasta se ruboricen cuando las mire paseando por Gran Vía, y los mendigos estiren su brazo al verme pasar esperando una pingüe limosna. Para despertar el respeto de los trajeados y el saludo de los tenderos, para poder mesármelo mientras miro sombreros en un escaparate, o acariciarlo con el índice mientras esquivo la mirada de un turista despistado. Me he dejado bigote, sí, pero no solo por eso, sino para que cuando me veas llegar con mi sombrero y mi bigote, te sonrías y conviertas un día cualquiera en el día en el que el mundo se detuvo.

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