lunes, febrero 06, 2012

Díscolo

Había oido aquel disco más de mil veces, recordaba cada palabra, cada compás, cada pausa, cada eco, cada giro,...era parte de mi. Miré con pena aquella desgastada funda, remendada con cinta transparente de sus heridas en mil batallas. Lo saqué de su encierro con un cuidado extremo, lo posé con delicadeza sobre aquel plato que tanto había vivido, y allí, en una soledad atiborrada de recuerdos, lo disfruté por última vez mientras que al compás de sus ritmos se deshacía en un fino polvo negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario