lunes, febrero 26, 2018

Juicio y final



Llegaron los ángeles y sonaron las trompetas, el cielo se abrió y de él descendieron los cuatro jinetes del Apocalipsis montados en temibles corceles y envueltos en fulgurantes llamas. Los siete sellos fueron abiertos liberando las siete plagas que recorrieron la tierra castigando a los pecadores. Se derrumbaron los muros y resucitaron los muertos como fue profetizado, para ser juzgados por la gracia del Creador. La guerra, el hambre, las enfermedades, todas inundaron el mundo para mayor gloria del Señor y de su palabra. Todo quedó en silencio, sin vida y sin luz, como corresponde a todo buen Juicio Final que se precie. Solo sobrevivieron los ateos, que quedaron bastante asombrados con el espectáculo.

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