No creas que fue un sueño, lo estuve inventando todo para tí y ahora es tan cierto como que esto no lo he escrito yo.
domingo, agosto 31, 2008
sábado, agosto 30, 2008
ON/OFF
viernes, agosto 29, 2008
jueves, agosto 28, 2008
La Anunciación
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.
María respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”. El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel dejándola se fue. María buscó entonces la cámara oculta.
miércoles, agosto 27, 2008
Presa fallida
martes, agosto 26, 2008
La Leyenda de Arual IV - Naison el Justo
Dentro del carruaje el sumo sacerdote y su acompañante vivían la enorme angustia de no saber qué estaba sucediendo realmente en el exterior. Los golpes, gruñidos y entrechocar de armas invadían el aire, que se había convertido en una pesada masa en la que respirar se hacía cada vez más difícil por el cúmulo de calor, polvo y tensión que invadía cada rincón de aquel armazón de madera. Naison era un hombre prudente, sabía que salir del carromato en aquella situación le conduciría a una muerte casi segura, pero por contra, permanecer allí a sabiendas de que podría disponer de un tiempo decisivo para alejarse del peligro durante la refriega le llevó a tomar una decisión que de otra forma nunca habría aceptado: salir y buscar un refugio seguro lejos del camino.
Naison el Justo hizo una señal a su acompañante, un joven aprendiz que portaba el atuendo ceremonial que mostraba su condición, indicándole que se situase detrás de él antes de disponerse a abrir la portezuela de su carroza. Se ajustó el cinto y palpó la daga ceremonial que portaba como adorno, pero que era tan funcional como cualquier hoja bien afilada, y templada en la capital del reino por los mejores forjadores de espadas del continente. Miró al cielo en busca de ayuda, pero los dioses seguían sin querer mirarle.
Naison el Justo hizo una señal a su acompañante, un joven aprendiz que portaba el atuendo ceremonial que mostraba su condición, indicándole que se situase detrás de él antes de disponerse a abrir la portezuela de su carroza. Se ajustó el cinto y palpó la daga ceremonial que portaba como adorno, pero que era tan funcional como cualquier hoja bien afilada, y templada en la capital del reino por los mejores forjadores de espadas del continente. Miró al cielo en busca de ayuda, pero los dioses seguían sin querer mirarle.
lunes, agosto 25, 2008
La Leyenda de Arual III - El Paladín de Sator
Otros dos geckomes se mantenían aún de pie sobre el carromato. Ya habían caído cinco de ellos bajo el mazo sagrado, pero el miedo no tenía lugar en el corazón de aquellos sanguinarios seres que habían asaltado por sorpresa la caravana. Esos dos eran sin duda los más duros y crueles, ya habían dado buena cuenta del conductor y sus dos guardianes, y se disponían a penetrar en el interior del carruaje. Nemuéh no podía permitir tal cosa, sus votos como paladín del dios Sator le obligaban a proteger a cualquier hombre santo, y mucho más al líder absoluto de los monjes de su orden, el clérigo Naison el Justo, quién viajaba en el interior de la carroza.
Nemuéh respiró hondo, sabía que en los siguientes instantes cada movimiento que llevase a cabo sería crucial y decisivo para la supervivencia del líder espiritual de su iglesia, y para la suya propia. Debía calcular cada paso, cada giro, cada golpe y cada gesto, y tras haber combatido como lo había hecho, poniendo en ello toda su fe y energía, no estaba completamente seguro de poder conseguirlo a estas alturas de la refriega.
Nemuéh apretó los dientes, sujetó con fuerza el mazo sagrado, arma ceremonial solo concedida a los más dignos de la orden, y saltó apoyando un pie en la rueda trasera del vehículo, detenido desde el comienzo del asalto al haber sido decapitados ambos corceles bajo las afiladas hachas geckome. El salto del paladín hizo tambalearse al carruaje, haciendo que ambos asaltantes quedasen inmóviles durante el lapso de tiempo necesario para mantener el equilibrio y a la vez permitir que el mazo del paladín alcanzase con fuerza al primero de ellos a la altura del pecho, hundiendo la gruesa armadura y lanzando al desdichado geckome varios metros desde el techo del transporte hasta el duro suelo del camino empedrado que conectaba las aldeas circundantes con la capital Satórnida.
El segundo geckome no tardó en reaccionar, abandonando su inicial intención de asaltar el carromato, centró su atención en su némesis -“objetivo cumplido”- pensó el paladín, y se dispuso a recibir el embate de la enfurecida criatura de piel cetrina y ojos rojos.
El choque fue brutal, esquirlas y chispas saltaban a la par, dos colosos sobre una escena dantesca se empleaban en cuerpo y alma a tratar de destrozarse mutuamente. Las piezas de armadura se desprendían de uno y otro lado bajo los golpes contundentes y los giros vertiginosos.
Nemuéh respiró hondo, sabía que en los siguientes instantes cada movimiento que llevase a cabo sería crucial y decisivo para la supervivencia del líder espiritual de su iglesia, y para la suya propia. Debía calcular cada paso, cada giro, cada golpe y cada gesto, y tras haber combatido como lo había hecho, poniendo en ello toda su fe y energía, no estaba completamente seguro de poder conseguirlo a estas alturas de la refriega.
Nemuéh apretó los dientes, sujetó con fuerza el mazo sagrado, arma ceremonial solo concedida a los más dignos de la orden, y saltó apoyando un pie en la rueda trasera del vehículo, detenido desde el comienzo del asalto al haber sido decapitados ambos corceles bajo las afiladas hachas geckome. El salto del paladín hizo tambalearse al carruaje, haciendo que ambos asaltantes quedasen inmóviles durante el lapso de tiempo necesario para mantener el equilibrio y a la vez permitir que el mazo del paladín alcanzase con fuerza al primero de ellos a la altura del pecho, hundiendo la gruesa armadura y lanzando al desdichado geckome varios metros desde el techo del transporte hasta el duro suelo del camino empedrado que conectaba las aldeas circundantes con la capital Satórnida.
El segundo geckome no tardó en reaccionar, abandonando su inicial intención de asaltar el carromato, centró su atención en su némesis -“objetivo cumplido”- pensó el paladín, y se dispuso a recibir el embate de la enfurecida criatura de piel cetrina y ojos rojos.
El choque fue brutal, esquirlas y chispas saltaban a la par, dos colosos sobre una escena dantesca se empleaban en cuerpo y alma a tratar de destrozarse mutuamente. Las piezas de armadura se desprendían de uno y otro lado bajo los golpes contundentes y los giros vertiginosos.
Los dioses se taparon los ojos...
domingo, agosto 24, 2008
sábado, agosto 23, 2008
viernes, agosto 22, 2008
Killer
jueves, agosto 21, 2008
miércoles, agosto 20, 2008
martes, agosto 19, 2008
Fly baby, fly
domingo, agosto 17, 2008
sábado, agosto 16, 2008
Dichos Impopulares V
viernes, agosto 15, 2008
Excusas al fuego
Nos tacharon de ser injustos, pero en realidad solo fuimos ineptos. Nos acusaron de mal carácter, pero tan solo fue prepotencia. Nos felicitaron por nuestros logros, pero nosotros solo acabamos lo que otros habían empezado. Ahora confesamos antes de que el fuego alcance nuestras almas, pero el fuego no entiende de perdones ni conciencias, y se alía con el tiempo para acabar reduciendo a cenizas la madera podrida.
jueves, agosto 14, 2008
miércoles, agosto 13, 2008
martes, agosto 12, 2008
Posos de ambición
lunes, agosto 11, 2008
Semillas, tiempo y arena
domingo, agosto 10, 2008
sábado, agosto 09, 2008
La jugada
El delantero robó el balón a la altura del círculo central en un alarde de picardía y don de la oportunidad. Era la última ocasión para intentar remontar el partido, que había sido un intercambio de despropósitos y que tan solo había sido adornado con un gol del equipo rival en el minuto doce.
En las inmediaciones del área, dos defensas formaban una barrera infranqueable, pero no era momento de titubeos, un regate, un semigiro, una finta, y el balón adelantado un par de pasos, lo suficiente para, anticipándose a la reacción de ambos rivales, recuperar el esférico y proseguir el acercamiento a la portería contraria.
Un último defensa, tal vez el más robusto y amenazador del equipo, obstaculizaba el acceso al gol. El delantero frenó su carrera en seco, pisó el balón y fintó dos veces a derecha e izquierda, haciendo que el defensor titubease por una décima de segundo, tiempo suficiente para intentar y conseguir un caño de quitarse el sombrero, afrontar al guardameta y golpear el balón con precisión magistral para que entrase a portería suavemente y ganar el encuentro en el último segundo.
Mientras visualizaba en su mente todo esto, el árbitro pitó el final del encuentro...
viernes, agosto 08, 2008
jueves, agosto 07, 2008
Reflexión tampoco
miércoles, agosto 06, 2008
martes, agosto 05, 2008
Soñar, tal vez...
lunes, agosto 04, 2008
Imágenes Amigas: El hombre que susurraba a las gaviotas
Hablaba a las aves con tono calmado, y ellas le respondian con su compañía y suave aleteo a contraluz. La tarde se diluía en tonos ocres de luminosidad apenas perceptible y la jornada estaba a punto de tocar a su fín. Aquel día solo le habían tachado de loco tres personas, pero él sonrió, acarició a la gaviota que tenía entre sus manos y le susurró: "Loco, tal vez, pero tu me entiendes..."
Fotografía: Baldo Ramírez
domingo, agosto 03, 2008
Sacrosanto 13
El mensajero tembló mientras acercaba el dedo al timbre. La puerta se abrió sin ruido pero no había nadie detrás. Entró con cautela y saludó tratando de que su voz sonase natural, pero de su garganta no brotó sonido alguno. Finalmente el miedo le superó, soltó el paquete sobre una vieja cómoda y se dió la vuelta para salir de allí cuanto antes. -"Un momento"- argumentó una grave voz a su espalda. La duda de si girarse o no dió vueltas como una peonza dentro de su cabeza sin detenerse. -" Ha olvidado la propina"... Sonó un golpe seco y la leyenda del 13 de la calle Sacrosanto siguió creciendo con un nuevo misterio.
sábado, agosto 02, 2008
Wildlife
viernes, agosto 01, 2008
Descubrimiento
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